«No bajo de peso y eso que como sano y hago ejercicio”. Si te sientes identificado con esta frase, quédate a leer esta publicación para resolver tus dudas.
Tener una buena alimentación y hacer ejercicio físico está muy bien para tener un estilo de vida saludable, pero no es suficiente si lo que buscas es bajar de peso.
Estos son algunos motivos que lo impiden:
- NO CONTROLAS LO QUE COMES
Tienes que saber qué y cuánto necesitas comer para adelgazar.
Para ello, necesitas quemar más calorías de las que consumes. A esto se le llama déficit calórico.
Tener un déficit calórico durante la semana, de lunes a viernes y el fin de semana pasarse comiendo, lo cual estropea todo lo conseguido, es un error muy común.
Dependiendo de la cantidad de grasa que quieras perder, deberás de mantenerte en déficit calórico más tiempo o menos tiempo.
2. SÓLO EL EJERCICIO NO SIRVE
La pérdida de grasa tiene que ir acompañada de una alimentación y ejercicio específicos para ese objetivo en concreto.
Al igual que sólo la alimentación no sirve para perder peso, sólo realizar ejercicio tampoco es suficiente.
Esto quiere decir que si te matas a hacer ejercicio en el gimnasio o tu casa y luego comes sin control, no vas a conseguir adelgazar e incluso puedes conseguir todo lo contrario.
Si quieres perder peso tienes que cambiar la alimentación y el ejercicio.
3. NO DESCANSAS BIEN
Dormir poco o dormir mal hace que se produzca un desequilibrio entre dos hormonas que regulan el hambre, llamadas leptina y grelina. Esto hace que tengas más ganas de comer y por consiguiente puede provocar un aumento de peso o que no se consiga reducirlo.
- Se produce una disminución de la LEPTINA, la cual inhibe la ingesta de alimentos y aumenta el gasto energético. Al aumentar, se produce lo contrario, por tanto, crecen nuestras ganas de comer y disminuye nuestro gasto energético.
- Se produce un aumento de GRELINA, la cual estimula la sensación de hambre.
También pueden influir problemas hormonales, metabólicos y la ingesta de medicación.
